MATERIALES:
- Papel de cocina
- Guantes
- Estropajo que no raye (normalmente de color azul)
- Limpiador de vitrocerámica
- Quitagrasa
- Bayeta
- Rascador de vitrocerámica
PROCEDIMIENTO:
Nos podemos
encontrar tres situaciones:
CASO 1: SUCIEDAD LIGERA NO ADHERIDA
Se puede
limpiar con una bayeta húmeda y detergente de vitrocerámica. Aclaramos con agua y secamos.
CASO 2: SUCIEDAD MEDIA
- Antes de comenzar retiraremos el exceso de aceite o comida salpicada con papel de cocina.
- Echamos una cantidad pequeña de limpiador para vitrocerámicas.
- Con ayuda de un estropajo enjabonado (azul, del que no raya) frotamos por toda la superficie de la vitrocerámica, insistiendo en las zonas que estén con más suciedad.
- Limpiar la superficie con una bayeta, aclarando cada vez hasta quitar
los restos de jabón y del limpiador.
CASO 3: SUCIEDAD INCRUSTADA
Una vez finalizado el
procedimiento anterior, si vemos que aún queda suciedad adherida, utilizaremos
un rascador de vitrocerámica y aclararemos con una bayeta.
En caso de que persistan restos de grasa, podemos pulverizar con un producto desengrasante por toda la superficie y retirar con una bayeta pasados unos 5 minutos.
En caso de que persistan restos de grasa, podemos pulverizar con un producto desengrasante por toda la superficie y retirar con una bayeta pasados unos 5 minutos.
Finalmente, lo dejamos secar al aire o con la ayuda de un paño limpio.
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